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miércoles, 26 de octubre de 2016

Catorcenal 161: Treintonas…


Por. Te seguiré hasta donde vayas…

Para Anita “La Morenita”; por todos estos años.


Nos decidimos a hacer el conversatorio “Treintonas”, ante la respuesta favorable del público (con el conversatorio “Treintones”), el ánimo y la disposición por parte del “talento humano” en el Gimnasio de Arte y Cultura; así como por la disposición y colaboración de quienes aceptaron participar en esta ocasión.

Son cinco mujeres, con treinta años de edad o más, que rompen con el estereotipo mediático promovido por una película de temporada y buscan cuestionar y -en la medida de sus posibilidades creativas- subvertir el orden de cosas establecido.

Son Artemisa Téllez (escritora y tallerista), Flavia Atencio (actriz de cine y teatro), Livia Animas (gestora cultural), Montserrat Núñez (socióloga urbana) y Rocksi Glam (bajista de Las Ultrasónicas y vocalista de Coapa Bitch).

Son cinco treintonas excelsas dispuestas a conversar y estarán moderadas por el responsable de este espacio de reflexión “casi quincenal”, a través de una dinámica lúdica y al calor de un buen mezcal. La cita es mañana jueves 27 de octubre a las 20 horas, en el tercer piso del número 185 en la avenida Álvaro Obregón (Colonia Roma) en la Ciudad de México.

Más que por atender “el otro lado de la moneda”, lo hacemos para demostrar, primero a nosotras y después a las demás personas, que somos capaces de construir, irradiar posibilidades y lo mejor de todo: generar comunidad. Es esto último, lo que nos hace treintonas auténticas. Lo demás, como escribió Rosario Castellanos: “no ha estado vivo nunca”.

Somos mujeres treintonas, somos eso y mucho más; porque estamos hechas de una dualidad-deidad que reivindica lo femenino y sus múltiples expresiones. Estamos siendo exterminadas, en los últimos años más, debido –en buena medida- a esta guerra sin sentido.

Sobrevivimos, todas, a un sistema excluyente: patriarcal y heteronormado; que nos cuestiona cuando somos víctimas de las violencias machistas (en cualquiera de sus modalidades) y nos encarcela cuando ejercemos el derecho a decidir sobre nuestros propios cuerpos.

Somos treintonas y no estamos exhaustas, mejor aún, tenemos unas ganas inmensas de comernos el mundo en bocados ENORMES, por la simple y sencilla razón de vivir dispuestas a cuestionarlo todo, por nosotras mismas y con todo lo que eso implica: a pesar de, en contra de, le pese a quien le pese; porque vivir sin miedo es un derecho inalienable; porque tenemos derecho a una vida libre de acosos y violencia…  cualquier que ésta sea, por todo eso y muchas cosas más:

Conversemos…




lunes, 19 de septiembre de 2016

Catorcenal 159: Treintones pa’ los preguntones…


Por. Para que no me olvides.


Para Víctor Hugo Sánchez: Contador, compañero de viaje y treintón.


Escribimos esta entrega durante la noche del 15 de septiembre de 2016. La escribimos así, porque siempre hemos sostenido que la responsabilidad ética al publicar una columna radica en un “aparente equilibrio” entre lo que se dice (escribe), se piensa y, lo más importante, se hace.  Esa máxima sintetiza un deslinde generacional de las personas alienadas tecnológica, ideológica y políticamente. No por intolerancia, sino porque hay “discusiones” que ya no estamos dispuestos a sostener. El matrimonio igualitario, la adopción por parte de parejas del mismo sexo, el derecho de las mujeres a decidir sobre sus cuerpos y la posibilidad del “bien morir” son realidades (controvertidas y controversiales), pero finalmente eso: REALIDADES.

Ante tal situación, nuestra apuesta siempre ha estado en la sensibilización, el análisis y la divulgación de un punto de vista más informado, amplio y plural. De tal modo, que cuando comenzamos a publicar esta columna, hace poco más de ocho años, no imaginábamos que el panorama para ejercer el periodismo en este conjunto de territorios tan dispares que aún llamamos México, se tornaría desolador. Sabíamos de agresiones a las y los profesionales de la información; pero no entendíamos, porque no dimensionábamos del todo, la violencia sistémica que se ensaña y ejerce contra nuestras colegas por el simple hecho de ser mujeres.

Nosotros, quienes crecimos en un entorno adverso, sin privilegios, en la periferia de una capital latinoamericana, pero que tuvimos la fortuna de ingresar a una Universidad Nacional Pública y Gratuita, becados por nuestra sociedad, hoy vivimos de espaldas a ella y a su compleja realidad. Somos esa generación que Rosaura Barahona identificó en su texto como “generación agotada”. Somos también la primera generación de adultos jóvenes que padecen los estragos de un Tratado de Libre Comercio con América del Norte. Dinero rosa que despolitiza a quien lo gasta. Hordas de gente en empleos semi-informales. El outsourcing (la subcontratación laboral) como norma y los contratos con prestaciones (antigüedad, seguridad social y reparto de utilidades) como excepción.

Somos una parte importante de la población, que por primera vez puede decidir entre ejercer la maternidad/paternidad (algunas personas de una manera muy tradicional/ conservadora y poco cuestionadora), o imprimirle a nuestros “proyectos de vida” otras características. Somos la generación, cuyo crecimiento económico (nulo y mediocre), pende de alfileres. Sabemos de crisis (de todo tipo) porque hemos vivido en ellas, prácticamente desde que éramos bebés. Alcanzamos los 30 años de edad (o más) en un contexto de violencia inaudita. Somos la suma de quienes nos dejan y a quienes dejamos… en el camino (la vida, el viaje) plagado de incertidumbres, andamos, continuamos; porque aprendimos y muy bien, que no hay camino previamente trazado. EL CAMINO SE HACE ANDANDO y estamos a favor de un modelo de cultura que valorice las relaciones antes que los símbolos de estatus.


Bajo esta consigna nos reuniremos: Un raptivista (Danger Alto Kalibre de Tijuana, Baja California), un escritor y empresario (Juan Pablo Proal, de Puebla), un actor (Juan Carlos Alcocer de Monclova, Coahuila), un músico (Rafael Petriciolet) y el responsable de este “espacio de reflexión casi quincenal” para conversar moderados por la maestra Montserrat Núñez Ortiz (Ciudad de México, 1985) y disertar sobre nuestra precariedad laboral, el periodismo, la música y el arte.




La cita es este jueves 22 de septiembre en el Gimnasio de Arte y Cultura en punto de las 20 horas. Lo hacemos así, porque confiamos en el poder de la palabra como “catalizador” de los cambios que nuestra sociedad demanda; porque todes quienes participamos somos resultado del esfuerzo personal que nos animó a resolver las cosas de otra manera y eso es lo que hasta cierto punto nos ha mantenido “al otro lado del camino”. Es esa posibilidad de NO pertenecer la que nos obliga a seguir empujando, redactando… congregando. De modo que si no cuenta con otro compromiso y tiene posibilidad de asistir para conversar con este grupo de treintones: Lo esperamos en el tercer piso del número 185 (avenida Álvaro Obregón) en la colonia Roma. Si no puede, le pedimos no olvidar que somos esa generación que puede hacer algo distinto o perecer sin intentarlo siquiera. Le esperamos…

miércoles, 30 de marzo de 2016

#14Nal 153: Aquí no se rinde nadie…


Por. Esta semana lloverán pájaros.


Para David Rodríguez “el arquitecto”, amigo y compañero-citadino…


Aquí puede ser cualquier parte, sitio o lugar. A Jesús Balderramos lo conocimos en el año 2010, durante el Taller de Acondicionamiento Artístico (stencil, cartel y fotografía) que ofreció el Gimnasio de Arte y Cultura. Con él y otros nueve compañeros más, inauguramos nuestra primera exposición colectiva –resultado del mismo Taller- en las vitrinas de la estación “Tacubaya” del Sistema de Transporte Colectivo METRO en la Ciudad de México.

Posteriormente, tuvimos oportunidad de verlo en diferentes ocasiones, haciendo lo que más disfrutaba hacer: tocar el piano. Así es, apreciable persona que hace el favor de leernos; al joven Chucho o mejor dicho, “Chuchin Sky” -como le gustaba autodenominarse-, le daba por interpretar y componer música. Lo mismo para cortometrajes, que como solista o dirigiendo un coro que más bien parecería una orquesta.


Usted se preguntará… ¿Qué tiene que ver esta historia con la frase que da título a la presente entrega? Ocurre que parados ahí, en el Complejo Cultural Heredia de la ciudad de Santiago de Cuba el pasado mes de octubre, vimos una fachada con la silueta del general Juan Almeida Bosque acompañada de su contundente frase: “Aquí no se rinde nadie”. La anécdota quedaría ahí, de no ser por la doctora Iluminada Orozco González, Presidenta del Comité Científico del XII Simposio de Masculinidad y VIH, quien durante la clausura del dicho evento en "la isla", evocó la misma frase para referirse al compromiso-humano-social que implica el flagelo del VIH, y la manera conjunta en que tenemos que hacerle frente.  


Cuando se difundió la muerte de Jesús “el pianista” Balderramos, durante nuestra breve-estancia en el 31er. Festival Internacional de Cine en Guadalajara, quisimos volver de inmediato. Apenas habíamos intercambiado mensajes de texto unos días antes, a propósito de su aparente recuperación, cuando solicitaba una andadera o un bastón para sostenerse mientras estaba convaleciente. Quedamos, y eso se acordó antes, que nos veríamos para platicar y ocasionalmente, disfrutar de un concierto privado que adeudaba al staff de #14Nal desde tiempo atrás. No hubo oportunidad…

Entonces pensamos en escribir esta entrega a manera de obituario, pero hacerlo de tal modo que diera cuenta de la firme convicción y el arrojo con el que vivió el joven músico de 32 años. Aprovechando que desde hace un par de años, con el fallecimiento de nuestra querida maestra Susana Rita Becera Giovannini -quien por cierto se parecía mucho físicamente a la ya mencionada doctora Iluminada-, marzo es visto como un mes de reconciliación: con las demás personas (a quienes lastimamos o nos hacen daño)… con nosotras mismas.

En todo este proceso (el de reconciliación), siempre ha existido un elemento constante: la música. Sirva entonces un ejemplo contundente de la misma: el pianista y compositor, Jesús Balderramos, quien  soía decir: Lo que amo de la música es que está en todas partes, en todo momento y toda circunstancia, jamás se aparta de nada y nadie, recorre el tiempo, espacio y distancia, abraza, da vida, vida”; para reiterar lo que nos trajo hasta este lugar, que repetimos, podría ser cualquiera: Aquí no se rinde nadie… ¡A resistir! Si no es por nosotros, por nuestros seres queridos y mientras nos quede vida.

Dejamos  las líneas que leerá a continuación, como una especie de epitafio descubierto en la novela "Historia de una gaviota y del gato que le enseñó a volar" de Luis Sepúlveda (1996):

"- Sí, al borde del abismo comprendió lo más importante…

**¿Ah sí? ¿Y qué es lo que comprendió?

-Que sólo vuela el que se atreve a hacerlo".