lunes, 19 de septiembre de 2016

Catorcenal 159: Treintones pa’ los preguntones…


Por. Para que no me olvides.


Para Víctor Hugo Sánchez: Contador, compañero de viaje y treintón.


Escribimos esta entrega durante la noche del 15 de septiembre de 2016. La escribimos así, porque siempre hemos sostenido que la responsabilidad ética al publicar una columna radica en un “aparente equilibrio” entre lo que se dice (escribe), se piensa y, lo más importante, se hace.  Esa máxima sintetiza un deslinde generacional de las personas alienadas tecnológica, ideológica y políticamente. No por intolerancia, sino porque hay “discusiones” que ya no estamos dispuestos a sostener. El matrimonio igualitario, la adopción por parte de parejas del mismo sexo, el derecho de las mujeres a decidir sobre sus cuerpos y la posibilidad del “bien morir” son realidades (controvertidas y controversiales), pero finalmente eso: REALIDADES.

Ante tal situación, nuestra apuesta siempre ha estado en la sensibilización, el análisis y la divulgación de un punto de vista más informado, amplio y plural. De tal modo, que cuando comenzamos a publicar esta columna, hace poco más de ocho años, no imaginábamos que el panorama para ejercer el periodismo en este conjunto de territorios tan dispares que aún llamamos México, se tornaría desolador. Sabíamos de agresiones a las y los profesionales de la información; pero no entendíamos, porque no dimensionábamos del todo, la violencia sistémica que se ensaña y ejerce contra nuestras colegas por el simple hecho de ser mujeres.

Nosotros, quienes crecimos en un entorno adverso, sin privilegios, en la periferia de una capital latinoamericana, pero que tuvimos la fortuna de ingresar a una Universidad Nacional Pública y Gratuita, becados por nuestra sociedad, hoy vivimos de espaldas a ella y a su compleja realidad. Somos esa generación que Rosaura Barahona identificó en su texto como “generación agotada”. Somos también la primera generación de adultos jóvenes que padecen los estragos de un Tratado de Libre Comercio con América del Norte. Dinero rosa que despolitiza a quien lo gasta. Hordas de gente en empleos semi-informales. El outsourcing (la subcontratación laboral) como norma y los contratos con prestaciones (antigüedad, seguridad social y reparto de utilidades) como excepción.

Somos una parte importante de la población, que por primera vez puede decidir entre ejercer la maternidad/paternidad (algunas personas de una manera muy tradicional/ conservadora y poco cuestionadora), o imprimirle a nuestros “proyectos de vida” otras características. Somos la generación, cuyo crecimiento económico (nulo y mediocre), pende de alfileres. Sabemos de crisis (de todo tipo) porque hemos vivido en ellas, prácticamente desde que éramos bebés. Alcanzamos los 30 años de edad (o más) en un contexto de violencia inaudita. Somos la suma de quienes nos dejan y a quienes dejamos… en el camino (la vida, el viaje) plagado de incertidumbres, andamos, continuamos; porque aprendimos y muy bien, que no hay camino previamente trazado. EL CAMINO SE HACE ANDANDO y estamos a favor de un modelo de cultura que valorice las relaciones antes que los símbolos de estatus.


Bajo esta consigna nos reuniremos: Un raptivista (Danger Alto Kalibre de Tijuana, Baja California), un escritor y empresario (Juan Pablo Proal, de Puebla), un actor (Juan Carlos Alcocer de Monclova, Coahuila), un músico (Rafael Petriciolet) y el responsable de este “espacio de reflexión casi quincenal” para conversar moderados por la maestra Montserrat Núñez Ortiz (Ciudad de México, 1985) y disertar sobre nuestra precariedad laboral, el periodismo, la música y el arte.




La cita es este jueves 22 de septiembre en el Gimnasio de Arte y Cultura en punto de las 20 horas. Lo hacemos así, porque confiamos en el poder de la palabra como “catalizador” de los cambios que nuestra sociedad demanda; porque todes quienes participamos somos resultado del esfuerzo personal que nos animó a resolver las cosas de otra manera y eso es lo que hasta cierto punto nos ha mantenido “al otro lado del camino”. Es esa posibilidad de NO pertenecer la que nos obliga a seguir empujando, redactando… congregando. De modo que si no cuenta con otro compromiso y tiene posibilidad de asistir para conversar con este grupo de treintones: Lo esperamos en el tercer piso del número 185 (avenida Álvaro Obregón) en la colonia Roma. Si no puede, le pedimos no olvidar que somos esa generación que puede hacer algo distinto o perecer sin intentarlo siquiera. Le esperamos…

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