sábado, 30 de julio de 2011

Catorcenal 75: Rabia.

Por. Anhelo hecho realidad

Dedicada a quien nació:
Rodrigo Salmorán Rivera (a.k.a. “El Rorro”).
A quienes mueren:
“El canalla”, “Chiquidrácula”, Adolfo Sánchez Vázquez y Amy Winhouse:
“Al final, las obras quedan la gente se va, otros que vienen las continuarán,
la vida sigue igual… “
Compay Segundo.


En los tres años que llevamos trabajando en esta reflexión casi quincenal nunca habíamos tenido un descanso tan prolongado –más de un mes, saque la cuenta-, una palabra puede resumir la ausencia: vacación, no obstante, un título puede desquitarlo todo: rabia.

Rabia porque cuando el clamor social es modificar la estrategia de combate al “crimen organizado”, “el monologuista de los Pinos” (Carlos Fazio dixit!) responde “tenemos la razón, la ley, y la fuerza”. Rabia porque se responde militarizando las calles y la opinión pública, con medios que transmiten –y al mismo tiempo enaltecen- los entrenamientos de “fuerzas especiales”, las ceremonias de graduación, lo mismo del ejército, que de la marina.

Rabia, porque cuando llega la noticia de una muerte, la primera pregunta es ¿se murió o lo/la mataron? Algo frecuente en varias ciudades de este país, sino se trata de enfrentamientos entres militares/marinos/policías contra PRESUNTOS miembros del crimen organizado, puede tratarse de una víctima más de feminicidio, el asesinato de mujeres por su condición de mujeres, o periodistas cuyo ejercicio profesional resultaba incómodo, o defensores de derechos humanos.

Un panorama de violencia cotidiana sin precedentes, que además de huérfanos arroja parias, desempleados, desplazados, inmigrantes secuestrados y después extorsionados, obligados a convertirse en sicarios, por pobreza, falta de oportunidades y desigualdad social. Rabia e impotencia, ante un pueblo mexicano que repite su pasado, “el pasado nos vuelve a pasar”, con un nivel adquisitivo por demás devaluado, decrecimiento económico, y el disparo de la economía informal.

Rabia ante la posibilidad de que el PRI pueda regresar al poder –si es que algún día se fue-, de la mano de “la reina del PANAL” llamado México y su monumental maquinaria electoral transmutada en sindicato de maestros, partido político y lotería nacional. Rabia de que la corrupción, la injusticia, y sobre todo la impunidad, lo abarquen todo y el naufragio, entonces si inevitable, condene a este país al subdesarrollo económico y la violencia cotidiana.

Mientras tanto, surgen iniciativas ciudadanas como las policías comunitarias en la sierra de Cherán en el estado de Guerrero, que resisten a paramilitares, talamontes y violencia por parte de las fuerzas del Estado y del crimen organizado, perdón, por las necesidad de reflexionar sobre los aspectos negativos del lugar en que nos tocó vivir, pero si el país está así, devastado y convulsionado, así hay que mostrarlo. De lo contrario, igual que sucedió en Grecia, lxs políticxs nos destruirán la vihda.

Una última observación: la rabia, como cualquier otro sentimiento puede ser contenida o exteriorizada, como dijo Óscar Chávez, “reaccionamos o reaccionamos, de lo contrario, vámonos muriendo todos, que están enterrando gratis”. Tomemos cartas en el asunto, antes de que sea demasiado tarde #porfa