martes, 20 de diciembre de 2011

Catorcenal 85: 25 años

Por. Tracemos espirales

Quisimos despedir el 2011 con un aire de animosidad, que no garantizamos mantener durante el próximo año, pero que esperamos alentar a sobre manera con las “25 cosas por las que la vida vale la pena a los 25 años”, esperamos las disfrute y recuerde: el orden de los factores…

1.- Interculturalidad y transdisciplina.

2.- Fotografías “mentales”.

3.- Máquinas de raspados: “fiestas de sabor”.

4.- R.O.C.K. en nuestros idiomas.

5.- Cine documental (se vale pensar: Independiente).

6.- Investigación, divulgación y docencia.

7.- La sensualidad del jazz.

8.- Guerrilla Burlesquera.

9.- Arquitectura efímera (léase enferma).

10.- Conciertos masivos.

11.- Manifestaciones públicas de inconformidad

(berrinches, marchas, deformance, discusiones y demás).

12.- Un view-máster ©

13.- “Ni tú, ni nadie” por Alaska y Dinarama.

14.- Facultad de Ciencias Políticas y Sociales (UNAM).

15.- Comerse un helado, sin hacer nada más.

16.- Disfrutar a los vivos, pero más a los muertos (en sus respectivos días).

17.- Sexualidad D.I.V.E.R.S.A. (sin remilgos, culpas, ni penas).

18.- Teatro callejero.

19.- Hermosa, diversa y compleja: Ciudad de México-Tenochtitlán.

20.- Los OjOs de los hombres y la profunda mirada de las mujeres.

21.- Días sin sol y noches sin luna (lo segundo no tan seguido)

22.-.La poesía de José Emilio Pacheco.

23.- Una sonrisa interminable

24.- Lo contradictorio de este viaje que llamamos vida.

25.- El compromiso suscrito con las asiduas lectoras y los cautivos lectores de Catorcenal…


Fruto prohibido:

Atendiendo a la consigna “expandirse” de la ahora ausente Rita Sabina Guerrero, y ante el vehemente deseo de cumplirle, es que desde hace un par de entregas Catorcenal se integró al esfuerzo informativo por una comunicación libre: Paradoxa, diga lo que diga está incompleto.

Cheque de qué trata y por allá estaremos interactuando. Con este afán es que decimos hasta pronto, esperando encontrarnos en vuestros OjOs próximamente, nos vemos en 2012…


lunes, 5 de diciembre de 2011

Catorcenal 84: Oaxaca (Film Fest).



Por. Mi mundo estalló de pronto al conocerte.

En apoyo a la autonomía de la comunidad Triqui en San Juan Copala, Oax.

Para la Asociación Mexicana de Derecho a la Información (AMEDI):

En su décimo aniversario...


Caminar por el Centro Histórico de Oaxaca, ocupado en esta ocasión por la 31 Feria Internacional del Libro. Asistir desde temprano a los mercados y plazas públicas que presentan lo mejor del Instrumenta Oaxaca. Sumergirse en esta “tensa calma” (Luis Fernando Peña, dixit!), so pretexto del Segundo Festival Internacional de Cine Independiente y Video Oaxaca (12-19 de noviembre de 2011).

Previo al arranque de esta “degustación fílmica” tuvimos la oportunidad de apreciar la retrospectiva de Arturo Ripstein, con sus Méxicos de miseria, traición, dolor, perversión y soledad, además de un merecido homenaje al actor de carácter: Ernesto Gómez Cruz. Una vez iniciadas las proyecciones se pudieron apreciar esfuerzos notables en películas: Santiago, Pandillas de Los Ángeles, El fuego inolvidable; documentales: Aquí voy a andar, Boxeador es pasión, entrega y vida, Jóvenes vivos, Una ruta nada santa: de San Salvador a San Fernando y cortometrajes: La noche de la luna tiene muchas horas, La ventana, Infarto con sotura de corazón, Jesús viene al pueblo, entre otros títulos.

Escribimos notables, porque los trabajos presentados se aglutinan en un adjetivo: Independiente, al igual que la música y los medios hechos a contracorriente. Entendiendo independencia como un espacio de creación que permite mayor libertad, para intentar salir del común denominador e incluso rayar en la experimentación. Cine que muestra una realidad aparte, al mismo tiempo permite ver que otros mundos son posibles, y apremia a construirlos en este preciso momento.

Independiente en un país donde hacer cine es una especie de premio, lo que sugiere a esta actividad como una CONVICCIÓN a contra reloj de la exhibición y contracorriente de la distribución ante un “Hollywood que hace películas como si fueran pizzas” (Arcelia Ramírez, dixit!). Independencia para regresar a los orígenes, libertad de ser y de crear lo que uno quiere. Paralela a esta pasión por hacer que los guiones se materialicen está la honestidad, el aplomo y arrojo para contar historias auténticas como forma de sobrevivivencia en medio de tanta adversidad.

Con esta idea nos despedimos de Oaxaca: Comunidad con gran tradición de lucha y organización, ejemplo recurrente cuando se habla de pobreza, marginación, represión y desigualdad, no obstante, ahora es también emblema de la diversidad cultural que un pueblo esperanzado puede albergar, esperanza cristalizada en un festín de cine, música, libros, cultura y mezcal.

Una última pregunta para quienes vivieron el Festival, ¿es cierto que un simple viaje puede cambiar el curso de una vida? En nuestro caso así fue… ¡Salud!

Conclusión:

Uno siempre debe estar donde es feliz, en esta vida vinimos a ser felices, pues la vida no debe ser vista, la vida debe ser vivida, no menos, no más…