miércoles, 26 de marzo de 2014

Catorcenal 127: Vive Ladino (XV años)




Por. Tus lágrimas se convirtieron en las estrellas de mi cielo


Para Susana B. Giovannini:
Maestra de filosofia (para la vida),
eminencia en Teorías de Comunicación (humana) desde América Latina
y compañera eterna en la lucha codo a codo, día tras día…
así, hasta el final de nuestras vidas.
#NoSeMuereQuienSeVaSóloSeMuereQuienSeOlvida


Ladino: Dícese del indio o negro que habla “bien” el castellano.


Los orígenes del Festival Vive Latino están en los masivos del Estadio de Prácticas de Ciudad Universitaria y el estacionamiento para aspirantes sobre avenida del Imán. Ahí se hicieron presentes y forjaron camino, bandas como La Milagrosa, Juguete Rabioso, Maldita Vecindad, Santa Sabina, Botellita de Jerez, La Lupita o Guillotina. Ante este innegable antecedente, surge una crítica a propósito de la institucionalización del rock y su cooptación a través de OCESA, por parte del colega Juan Pablo Proal, quien se refiere a ésta como “la generación Zoé”, “porque una buena parte esquiva su realidad con versos dedicados a la Vía Láctea (…) la que gasta su quincena de contestador de teléfonos en un boleto del Vive Latino. Misma que pasó más de cinco años en la universidad y ahora está deprimida en el subempleo. En vez de alzar su voz, de repudiar su situación, se regodean de su indiferencia”.

Ante esta crítica mordaz, pero cierta, hay que mencionar a los representantes de la tribu urbana: Tex Tex, Rodrigo Levario, El Haragán y Compañía, Transmetal, Charlie Montana, Luzbel, Hocico, Garrobos y la Banda Bostik; quienes han tenido que picar piedra para hacerse de un espacio en los carteles del Vive, que año tras año reserva pocos espacios para “los sonidos de la calle”. No hay que olvidar que hasta hace poco, ni la cumbia, ni los sonideros eran bien recibidos, pese a que desde su creación, el Vive se ha auto-denominado “cultura musical”, pero apenas hace dos o tres años comenzó a incluir propuestas como Kumbia Queers, Tropikal Forever, Sonido Gallo Negro, Amandititita, Celso Piña y Sonido San Francisco; espacio que “sin querer queriendo”, forjaron –a su manera y pesar- bandas como Los de Abajo, Ozzomatli y El Gran Silencio. Aquí hay que mencionar a “La Avanzada Regia”: Plastilina Mosh, Zurdok, Jumbo, Control Machete, Volován o Inspector, que contribuyeron a “descentralizar el rocksito” en este complicado país.

No es que el Festival fuera de “cultura musical”, es que ha tenido que hacerse y aquí es donde entra su público, los medios (Órbita, Reactor, Ibero 90.9, Revista Mescalito), es por ello que el Vive está en el camino de convertirse en el festival más importante de Iberoamérica, pese a estar operado por OCESA y en detrimento del Hell and Heaven Metal Fest #ElFestivalQueNoFue, hecho lamentable, pero entendible, porque permite recordar que en 2010 Televisa pagó 107.2 millones de dólares por el 40 por ciento de las acciones de la misma, y aquí es donde se aprecia la diferencia entre aquellos primeros conciertos en CU donde “la seguridad erámos todos”, hasta el Foro Sol de nuestros días.

Si bien, poco a poco la banda ha aprendido a ser más abierta y plural, tampoco hay que perder de vista que en gran medida esa “tolerancia” es resultado de la Carpa Intolerante, que a su vez derivó en otras. La inclusión gradual de distintas propuestas a través de los diferentes escenarios ha permitido que otras expresiones musicales se hagan presentes, como sucedió el año pasado con Los Ángeles Azules y los Tigres del Norte que actuarán este 2014, y cuya “ausencia histórica” remite a su tocada en el Festival Internacional Cervantino (2001), en la que estuvieron acompañados de Julieta Venegas, La Barranca y Molotov; para entonces ser concientes de que la Diversidad Musical siempre ha existido, y conforme han pasado los años, los responsables de la des-organización han tenido que “apechugar”.

Por supuesto existen infinidad de recuerdos: el exilio de Julio Revueltas luego de una respuesta desfavorable por parte del público, contrastado con las actuaciones memorables de Los Tres, Todos Tus Muertos y Danza Invisible (1998), ni que decir de La Castañeda, Los Fabulosos Cadillacs y The Wailers (2000). A lo largo de sus diferentes ediciones, el Vive ha presentado a Save Ferris (2003), Desmond Decker (2004), The Skatalites (2005), Los Súper Elegantes y Brujería (2006), Jaramar (2009), Albert Plá y La Tokio Ska Paradise (2011), URSS bajo el Árbol (2012) y Real de Catorce (2013). También han ocurrido situaciones insólitas, como la madriza a Alejandro Marcovich y la lluvia de proyectiles contra Dover y Amaral, o aquella ocasión en que se terminó el agua y la carne para las hamburguesas.

No obstante, el rock sigue siendo antes que nada una actitud ante la vida, y aquí se retoma a Proal cuando afirma, “hacen falta grupos que hablen de su entorno social, que confronten al sistema, sus intituciones y a quienes dicen gobernarnos. Si como dice Albert Camus, ‘el artista debe estar siempre con aquellos que padecen la historia, no con los que la hacen’; los grupos de rock deben aportar su capacidad de convocatoria para suprimir este silencio cómplice que resulta muy cómodo para quienes lucran con este país y sus diversas expresiones culturales”.

Por ello, quienes asistan a los XV años tendrán que trascender lo efímero de un concierto maratónico (4 días) y poner atención a los procesos culturales alrededor de la música y de quienes la hacen… ¿por qué está pasando lo que pasa con las disqueras, con los artistas, por qué un boleto cuesta lo que cuesta en un país donde el poder adquisitivo disminuye día tras día; quién o quienes serán los grupos de referencia para hablar de la generación que asistirá a la edición 2014 del Festival Iberoamericano de “Cultura Musical” Vive Ladino?

Al tiempo las respuestas…


Epitafio: Se te acabó quien te quería… (Marzo/13/2014).



miércoles, 12 de marzo de 2014

Catorcenal 126: Juchitán



Por. La libertad de la Soledad



Para Gregorio Jiménez, periodista asesinado en Veracruz;
insistimos en que  “no se mata la verdad, asesinando periodistas”.
A la memoria de Enrique Nery, “el jazz de la Ciudad” sigue de luto…


Juchitán, ya no de las flores, tampoco de Zaragoza y menos de las muxes. De ahora en adelante: Juchitán de las loncheras, ¿por qué? Escriba y se lo contamos: lacatorcenal@gmail.com De entrada le anticipamos que se trata de un “pedacito de gloria” localizado en el oaxaqueño Itsmo de Tehuantepec, muy cerca de La Ventosa… ¿algo más?

Tiene que estar en Juchitán para involucrarse en un conjunto de expresiones que imaginamos, pero nada como vivirlas en directo: Una actuación del combo musical Junior Klan, las interminables fiestas sonorizadas con cumbia itsmeña, las versiones juchitecas de Rihanna y Beyoncé durante la Vela de Santa Cruz “baila conmigo” en la Séptima Sección, , el zapoteco como lengua materna, pero también –y sobre todo-, como forma de resistencia. Parques eólicos como fuente aparente de “energía natural” y el agandalle en contra de las y los propietarios organizados. La arrullada del niño, después “lavada de olla”, tres funciones de Cine al aire libre en las periferias de la ciudad, las asociaciones de moto-taxis y el poder acercarse a sus conflictos internos, las peleas clandestinas con perros callejeros, un ojo de agua en Ixtepec, Oaxaca; el Comité de Madres y Padres de Migrantes Centroamericanos, Desaparecidos en México en su camino hacia los Estados Unidos, el albergue “Hermanos en el camino” dirigido por Alejandro Solalinde, pero también las tiendas RockSpell (sucursales Juchitán y Salina Cruz), el colorido atuendo de las tehuanas, los incontables “botaneros familiares” y sus rockolas análogas o digitales.

Tuvo que pasar poquito más de un mes para asimilar las numerosas y muy diferentes experiencias que se viven allá. Todo lo anterior como UNA COSMOVISIÓN EN SÍ MISMA; porque si la amplitud del universo puede reducirse a un lugar, ese lugar sería Juchitán. Si es cierto que cada cultura formula su vida cotidiana en unas cuantas imágenes… ¿cuáles serían las imágenes de la cosmovisión juchiteca, cómo se explica la persistencia de ciertas coincidencias entre homosexuales, mayates, muxes, mujeres y hombres? Mejor aún… ¿Cómo sobrevivir a Juchitán sin el “amor prohibido”?

Sencillo, basta con dejarse llevar, fluir -en el sentido más amplio del término-, que sus ideas surjan de la mente sin estigma, ni prejuicio. Y conste que no lo decimos únicamente por la diversidad social que las muxes representan, también lo advertimos por el trabajo sexual (la mayoría lo realizan en la Ciudad de México), que implica asumirse como tales. Así que si nunca ha estado en semejante “pedacito de gloria”, ya es momento de que lo conozca.



Confesión:

El amor que te tenía se transformó en un grato recuerdo.
No más, no menos… Así es esto.