miércoles, 8 de mayo de 2013

Catorcenal 112: Sara Lovera.



Por. El derroche de todas las noches que da la juventud.


A Regina Martínez (corresponsal del semanario Proceso):
A un año de su asesinato en Veracruz, el clamor no cesa… ¡justicia!

En los meses recientes hemos estado cerca de diferentes mujeres periodistas. Voces femeninas que nutren la disección y el análisis del diario acontecer: Marcela Turati, Lydia Cacho, Carmen Aristegui, Denise Dresser, Nora Patricia Jara, Anabel Hernández y… Sara Lovera.

Conversar con ella es recibir una cátedra periodística de y en contra de la inequidad social. Es coordinadora regional de la Agencia de Noticias de la Mujer Latinoamericana y del Caribe (CEMLAC) y editorialista semanal del Instituto Mexicano de la Radio. “La palabra de Antígona”, como se le conoce en el “submundo” de las redacciones, por la columna semanal que publica y muchos medios replican, a lo largo y ancho de los diferentes México’s para así tomarle el pulso a diferentes temas: violencia en contra de las mujeres, feminicidio, trata, vulnerabilidad económico-socio-cultural (migrantes, periodistas, defensoras de derechos humanos, trabajadoras sexuales o domésticas), interrupción legal del embarazo, entre muchos otros.

Hace unas décadas, dirigía el semanario feminista del periódico La Jornada, “en tiempos en que este diario era un periódico de mucho más peso político que el de ahora”, según sus propias palabras. Una trinchera similar “inventó” en Comunicación e Información de la Mujer (CIMAC) A.C, agencia de noticias con perspectiva de género, que además de abrir debate y sentar precedente informativo respecto a los temas antes mencionados, constituyen la prueba imperiosa de hacer siempre buen periodismo.

Sara Lovera considera que “no hemos llegado a reconocer a las mujeres como personas completas, por el contrario, las seguimos viendo como cuerpos de deseo. Sin otro papel más que el de madres, amantes, objetos sexuales, brujas, putas o monjas, pareciera que no somos seres humanos completos. Así lo reflejan los medios, quienes escriben en ellos… con sus prejuicios, los discursos antiguos en las aulas del Sistema Educativo Nacional”.

Para contrarrestarlo pide: Tener presente la realidad, y que ésta va cambiado dramáticamente. Investigar, porque hoy no hay pretextos, y en cambio hay bastante información. “Aunque los medios no hablen de nuestros derechos”, recrimina para después afirmar: “Al contrario, contribuyen a revictimizar a las mujeres. Reafirman perfiles tradicionales, mucha de su programación o contenido, en el caso de los impresos, reflejan una mujer que sólo existe en las partes ideológicas. Todavía creemos que la vecina nos va a quitar el marido, porque tampoco nosotras hemos evolucionado de forma pareja, es decir, no porque exista feminismo, las mujeres ya saben que tienen derechos. Una de las cosas graves que los medios no hacen es hablar de ellos y eso provoca una masa femenina que no los conoce”.

Importante planear, redactar y corregir esta "reflexión casi quincenal", en el marco del Día Mundial de la Libertad de Prensa (3 de mayo), que la UNESCO decretó hace 20 años. Trascendente hacerlo en un país tan complicado e inseguro para el ejercicio periodístico como México en 2013; cuando se mantiene el asedio constante a instalaciones de medios, ante agresiones frecuentes contra periodistas y comunicadores, impunes la mayoría de las veces.

Ante dichas circunstancias, urge entender que como sociedad, todos perdemos cuando grupos criminales, intereses empresariales (legales o ilegales) y/o cacicazgos políticos, agraden periodistas (esto incluye el acoso judicial por parte de funcionarios públicos). Urge contar con un periodismo más crítico, solidario, que incomode al poder y a su vez, tenga la capacidad de generar sus propios códigos de ética, construir estrategias para blindar la información y establecer medidas precautorias ante la barbarie. También hacen falta más periodistas que vivan y trabajen con pasión, por oficio antes que por título. En pocas palabras: más historias que contar como la de la maestra, Sara Lovera.

Deseo primaveral...  

El mismo que Alan Castillo a.k.a. @Alanez: Quiero ver mis cicatrices, recordar siempre, vivir de la misma manera: conmovido y sin pretensiones. Caminar y no sólo pasar por la vida. Que el orgullo sea mayor al recuento del quebranto, de la pérdida y que las circunstancias adversas nunca signifiquen más que el peso de la gracia. Vivir aquí y ahora…

 Que así sea… #Catorcenal


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