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miércoles, 28 de enero de 2015

Catorcenal 141: Siete años después…




Por. Aquel que acompaña tus días


A la MEMOria de Manuel “El Negro” Márquez: a cuatro años de su asesinato…
Para mi hermano Pablo: Por sus primeros 15 eneros.


Todo empezó un domingo, hace siete años, en la redacción del Sistema Nacional de Noticiarios del Instituto Mexicano de la Radio. No le habían renovado el contrato a Carmen Aristegui en W Radio y con esa decisión se terminó uno de los pocos espacios que habían cubierto ampliamente el “agandalle” legislativo cristalizado en la Ley Televisa (2005-2006). Veníamos de la crispación electoral, la cual vivimos como estudiantes de Comunicación Política y devenimos en una generación politizada que materializó su descontento en el portal universitario escrutinio.com.mx.

Siete años después, apenas habían transcurrido los primeros seis días de 2015 y ya se habían registrado tres agresiones contra comunicadores en igual número de entidades federativas en México. De los tres casos, el más preocupante –y no porque los otros no lo sean sino por lo emblemático que resulta- para explicar la situación actual de ejercicio periodístico, es el caso de Moisés Sánchez Cerezo, periodista comunitario sustraído con violencia de su domicilio por un grupo de personas armadas el pasado 2 de enero, en el municipio de Medellín de Bravo, Veracruz, y cuyo cuerpo habría sido encontrado el pasado sábado 24.

¿Qué nos dice eso? Que las condiciones para el ejercicio periodístico en nuestro país no atraviesan por uno de sus mejores momentos. Primero porque se han ido plumas notables (Julio Scherer y Vicente Leñero, para mencionar a dos titanes que hicieron época) y segundo, porque las agresiones contra periodistas críticos no cesan. Al contrario, se multiplican.

Desde que surgió este “espacio de reflexión casi quincenal” la situación ha empeorado. Así lo demuestran las 209 agresiones reportadas en contra de profesionales de la información ocurridas entre diciembre de 2012 y diciembre de 2014. De acuerdo con la organización Artículo 19, “el estado de Veracruz se ha convertido en uno de los lugares más inseguros para el ejercicio periodístico, no sólo en México, en todo el mundo”.

Al “levantamiento” y aparente asesinato de Sánchez, hay que agregar ocho casos más, entre ellos el de Gregorio Jiménez “Goyo” (2014) y el de la corresponsal del semanario Proceso, Regina Martínez (2012),  para un total de 11 asesinatos ocurridos durante la administración a cargo de Javier Duarte de Ochoa, emanado del Partido dizque Revolucionario y quesque Institucional.

Siete años después corroboramos que a la sociedad mexicana siguen sin importarle sus periodistas, y tampoco parece preocuparle que le cercenen su derecho a conocer información de calidad, crítica y confiable. En días pasados, sacudiendo el “archivo personal” acumulado desde 2008 -cuando incursionamos en el periodismo nacional-, entre boletos de conciertos, pases de abordar, boletines de prensa, discos compactos, flyers y fotografías, experimentamos una profunda nostalgia por los encabezados en los que la nota eran los escándalos políticos, tampoco es que sea mejor, pero si menos peor que el horror cotidiano al que nos hemos venido acostumbrando (asesinatos, ejecuciones y/o desapariciones). Días difíciles, pero no imposibles.

Siete años después sólo atinamos a decir… ¡Fortaleza! Lectora, lector, no dejemos de ser desobedientes, tampoco nos permitamos malbaratarlo todo, porque un país como este, así de rico y abundante, sólo hay uno. Hoy más que nunca se vuelve apremiante el escrutinio colectivo y la vigía permanente. Antes que la élite en el poder –corrupta, corruptora y asesina- termine de llevar el barco a pique. No dejemos de escribir, no dejemos de leernos, hagamos de esta vía un conducto para nuestra interacción permanente. Hoy más que nunca lo necesitamos, llegó el momento de hacer que otras cosas sucedan.

Por ello queremos invitarle al Foro de Reflexión: “La importancia de llamarse MeMo”. Donde tres versiones distintas del mismo nombre articularán, debatirán y compartirán puntos de vista sobre la actualidad de los Movimientos Sociales y el desempeño de los Medios en la cobertura de los mismos. Guillermo Henry (Radio UNAM), Guillermo Zapata (Radio Fórmula) y Guillermo Rivera (Catorcenal), le esperan este jueves 29 de enero en punto de las 10 de la mañana en el auditorio Miguel Ángel Granados Chapa (Talleres de Comunicación Social) de la UAM-Xochimilco… ¡Ahí nos vemos!


viernes, 28 de junio de 2013

Catorcenal 115: Veracruz (elecciones).



Por. Caricaturas de amor.

Para Artemio y Miguel:
Porque las niñas y los niños de hoy merecen heredar otro país… un gran país.


En un viaje exprés pudimos constatar el cacicazgo político que prevalece en Veracruz, con miras a las elecciones locales que tendrán lugar el próximo domingo 7 de julio; aunque no sólo ahí, también en Baja California, Puebla, Oaxaca, Chihuahua y otras entidades; en las cuales no ha ocurrido la “alternancia administrativa”, y si la hubo, no sirvió de mucho.

Tanto los Yunes, como Fidel Herrera, y el sátrapa de Javier Duarte, recurren a la misma promesa “A (inserte aquí el nombre del municipio de Veracruz que prefiera) le conviene”, pero sin especificar qué y mucho menos cómo.

La incultura política es demasiado compleja, como para reducirla a la compra-venta de votos, “una dinámica que sólo denota desprecio hacia los votantes”, como diría el caricaturista Rafael Barajas a.k.a. “El Fisgón”. También está, por ejemplo, el embarazo prematuro y la carencia de una educación sexual integral, con perspectiva de derechos humanos (sexuales y reproductivos), apegada a criterios científicos. Porque tener muchos hijos o tenerlos demasiado jóvenes, es sinónimo de reproducir miseria, perpetración de desigualdad e inequidad social, la misma que antes denunciamos desde Guerrero, pero como lo reflexionó la lectora “Gretel a secas”: “hay que embarazarse menos y superarse más”.

Lo anterior, sólo como muestra de a qué nos referimos cuando decimos que lo que ocurre es demasiado complejo. Porque ni a la oligarquía local y tampoco a la iglesia, le interesa ni conviene que los habitantes se instruyan, reflexionen y cuestionen sus circunstancias.

Mención aparte merece el acoso, persecución  y los asesinatos de periodistas críticos al gobierno estatal, muy por encima de la intimidación del “crimen organizado”, ¿qué se puede hacer en un país donde predominan las agresiones de funcionarios públicos o los cuerpos de seguridad? Instancias que en teoría, tendrían que proteger, garantizar el libre ejercicio de la labor informativa y blindar el derecho a difundir información por cualquier medio. No hay que olvidar que en Veracruz fue donde se intentó criminalizar a un par de usuarios de Twitter por “difundir un rumor como información verídica”, según se adujo.

¿A dónde va una sociedad que no se permite desentrañar lo electoral para vislumbrar su trascendencia en lo político? Pensemos en el costo de la deshonestidad, la falta de ética, el servicio público denigrado en negocios familiares al amparo del poder, la impunidad como norma, el secreto a voces que representa la corrupción y la escasez de ALTERNATIVAS REALES para que esta situación cambie y el cacicazgo político-regional disminuya… ¿cuántas personas estarían dispuestas a emprender acciones para que la abdicación ciudadana y el entreguismo popular sean la excepción y no la regla? 

Se cumplieron cinco años del crimen perpetrado mediante el incendio de la estancia infantil ABC en Hermosillo, Sonora y qué hicimos; ¿sentarnos entre los deudos en el Ángel de la Independencia para compartir el dolor y desde ahí ver pasar a la sociedad indolente? Quesque muy activa en lo virtual, pero poco combatiente en los hechos, no se diga en el debate y la discusión de ideas, porque además de estar plagado de corrupción, en este país está sobrada la indiferencia. Somos residentes –y no ciudadanos- que comparten la corta memoria de un gobierno atroz.

¿Qué nos queda, aparte de la palabra para denunciar o condenar enérgicamente? Tenemos la posibilidad de sublimar el dolor, mediante documentales, canciones, performance, entre otras opciones para continuar en nuestra exigencia de justicia.

Sólo esperamos no morir antes de que algo serio suceda en este país, porque lo único que nos queda, es elegir trinchera y alentar la lucha; ya que no sabemos vivir de otra manera. Mantengamos la esperanza, que es como explicó Pedro Ultreras, periodista y director del documental “ABC: Nunca más”

“Mientras tengamos vida, debemos mantener una esperanza para continuar luchando y seguir viviendo, si no es por nosotros… por nuestros seres queridos”.


Tres regalos:

#DíaDeLasMadres Papá soltero (el cielo).
#DíaDelMaestro Alumna de primaria (la luna).
#DíaDelPadre Sobrino “diverso” (el mar).


Porque las mejores lecciones vienen de quien menos lo imaginas… siempre.