martes, 3 de junio de 2014

Catorcenal 130: DesaparicionES…



Por. Localizar a los fantasmas 


A la MEMOria de la MeMaestra Susana B. Giovannini:
“A los lugares que uno ama, no regresa nunca…
Porque uno nunca se va”.  #AsíFue


La Semana Internacional del Detenido Desaparecido puso en evidencia la grave situación que prevalece, no de ahora, sino de varias décadas atrás, en materia de desapariciones forzadas. Situación que se ha ido agudizando con las agresiones hacia integrantes del gremio periodístico, las y los defensores de derechos humanos a lo largo y ancho del territorio nacional, así como en contra de quienes dirigen movimientos que se oponen al despojo, la depredación y el saqueo de los recursos naturales, lo mismo en Cherán, Michoacán; que en San Bartolo Ameyalco, Distrito Federal.

Tan sólo en los primeros 18 meses de la administración federal encabezada por el Sangriento Despeña Miento, el Semanario ZETA de Tijuana Baja California, contabilizó 30 desapariciones forzadas de activistas sociales, esta cifra rebasa los nueve casos presentados durante el mismo periodo en la administración de Felipe Calderón, quien concluyó con un total de 55. Desafortunadamente, todas son referidas indiferenciadamente como “levantones”, pero como ya se sabe, una cosa es padecer estas circunstancias como parte de actividades consideradas “ilícitas” y otra como luchadoras sociales que se oponen a la construcción de represas que inundarán sus comunidades para construir centrales hidroeléctricas que a su vez abastecerán de energía eléctrica a las zonas urbanas… excluyentes, grises y desiguales. Lo anterior es solamente un “botón de muestra”, pues a decir de Héctor, integrante del Comité Cerezo, “anteriormente estas desapariciones forzadas obedecían a un patrón de persecución política e ideológica, cambiando esto con casos recientes en que desaparecen activistas de todo ámbito y condición”.

Ahora que la película de Diego Quemada-Díez, “La jaula de oro”, se convirtió en la ganadora de nueve reconocimientos a lo mejor del Cine durante la 56 entrega de los premios Ariel por parte de la Academia Mexicana de Ciencias y Artes Cinematográficas; valdría la pena reflexionar qué están diciendo este tipo de historias: “Heli”, “La vida precoz y breve de Sabina Rivas”, “Potosí”, “El infierno” o “Miss Bala”, sobre las violaciones a los derechos humanos, las ya mencionadas agresiones contra profesionales de la información y la manera como se relaciona la población con sus autoridades en general.

Si efectivamente, de todos los tipos de violencia, la simbólica es la más sutil y peligrosa, este tipo de violencia presentada por las producciones antes mencionadas permiten reflexionar a la corrupción de los grupos en el poder como la causa-consecuencia de la violencia desbordada que padecemos en conjunto. Como ya se dijo, no es de ahora, sino un proceso mucho más largo y complejo.

Recientemente, la serie producida y transmitida por Canal Once, “Crónica de castas”, retomó –muy a su manera- la historia de un trío de guerrilleros que durante los años 70 fueron torturados por un general del Ejército Mexicano. Al final de lo que aparentemente será la primera temporada, se hizo referencia al “sistema de castas que aún prevalece en la manera como –no sólo los mexicanos- todos los pueblos de América Latina se relacionan con sus gobernantes”.

A nosotros nos “cayó un 20” durante los primeros días de enero de 2014 en la Ciudad de Ixtepec, Oaxaca. Ocurrió junto a las vías del tren. Había un vagón estacionado tapizado con fotografías de migrantes centroamericanos desaparecidos en su tránsito por México con dirección a Estados Unidos de América. Entonces supimos del Comité de Familiares de Migrantes Fallecidos y Desaparecidos sección El Salvador. En realidad, ya había ocurrido antes, con la desaparición de las y los jóvenes del bar Heaven en la Zona Rosa de la Ciudad de México, un domingo 26 de mayo de 2013. Como sucede constantemente en Culiacán, Sinaloa; Ciudad Juárez, Chihuahua; los estados de Guerrero, Morelos, Michoacán y el Distrito Federal.

En algunas latitudes se asocia con grupos del crimen organizado, en otras simplemente no se dice nada. Es la extraña sensación que producen las desapariciones. Cada vez más frecuentes. De repente muy cercanas… “¿Y a dónde van los desaparecidos? ¿Y por qué es que se desaparecen?”, preguntaba muy insistente Rubén Blades. No obstante, desaparecer no es morir; luego entonces…  ¿qué sienten los demás cuando alguien desaparece?, ¿madres y padres lloran a sus hijas desaparecidas o simplemente las olvidan y siguen su vida como si nunca hubiera estado allí?

Píenselo y si sus actividades se lo permiten, envíe una respuesta a  lacatorcenal@gmail.com, mientras lo piensa aquí le dejamos este pensamiento:


“El silencio absoluto// Se escuchó en la Ciudad cuando desapareciste// Te convertiste en mi sueño eterno, esperando el día en que vuelva… a verte sonreír. Espero el día que llenes de nuevo este espacio tan solo, tan seco// Con tu luz de colores, con tu olor… a flores, a dulce// La luna me confesó que no volverás, y lo sé… porque tus lágrimas se convirtieron en las estrellas de mi cielo”.

Leticia Díaz, Ciudad Juárez Chihuahua, 22 octubre de 2012.



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