miércoles, 6 de noviembre de 2013

Catorcenal 121: ¡Burlesque 2013!




Por. Enfrentar la vida es madurez


En solidaridad con Guillermo “Ilhuicamina” Rodríguez;
locutor que gusta de hacer lo que hace, despedido deliberadamente del SNN en el IMER:
Se sigue adelante porque uno es shingón y porque se tiene que seguir… ¡siempre!


Después de dos años de no realizar una presentación colectiva, las Burlesquimeras vuelven a la carga en el marco del III Festival Internacional de Arte Erótico Bataclán 2013. La cita es el próximo sábado 9 de noviembre en el Cine Erótika (antes Río), ubicado en República de Cuba número 85, perímetro del Centro Histórico de la Ciudad de México, a partir de las 9 de la noche.

Ahora bien… ¿por qué y para qué se hace Burlesque? Más aún… ¿por qué dedicar otra entrega de esta “reflexión casi quincenal” al tema?

Sencillo, porque el arte de desnudarse en público sigue vivo y se ha vuelto apremiante. Ante lo adverso de las circunstancias, a las que hay que hacer frente cotidianamente. El Burlesque se ha tornado una alternativa consistente ante gobiernos que reprimen, autoridades ilegítimas e ignorantes que dicen gobernarnos y una sociedad indiferente, indolente, por no escribir cómplice.  

Si efectivamente, “lo personal es político”, hay que decir que en eso el Burlesque es más que contundente, porque además de cuestionar el orden imperante, pone en evidencia la reproducción de estereotipos, lo copiado del mundo que pretende encasillarnos y cercenar nuestra humanidad; al reducirnos a cifras o “daños colaterales”, como les llaman los responsables.

Ante lo desolador de este panorama, el Burlesque viene a subsanar e intentar resarcir el deterioro de nuestra sociedad, propone divertir sí, y entretener también; pero sobre todo, pretende mostrar que cualquiera es susceptible de Burlesquear.

Piense en el instante en que se dispone a bañarse, o antes de dormir, cuando cambia su ropa del día por la pijama… ¿No se le antoja un desnudo justificado? Imagine entonces la intimidad de un payasito de fiestas infantiles, un boxeador mediáticamente inflado, que ante un desempeño decepcionante termina por entrar en estos menesteres, o la soledad de una monja y su desprendimiento de si, mediante el rompope… Todo eso y mucho más, en una noche de sábado con Arte Erótico.

Arte en el que más allá de lo música y el vestuario, lo importante es el show: brillante, glamoroso y grotesco. En pocas palabras: el amor que cada quien debe tener por su cuerpo, dado que es único y valioso.

Aunque en un principio este arte era considerado para público exclusivamente masculino o de dudosa reputación, hoy ha evolucionado hasta convertirse en un arte de seducción y desenfado. Inclusive, se dan talleres de Burlesque para hombres y mujeres que deseen explorar el uso de la seducción con sus parejas.

¿Para qué acudir a un espectáculo de Burlesque? Para atreverse a cuestionar los estereotipos de belleza –en los que nadie encaja, pero todo mundo anhela-, para resquebrajar patrones y cuestionar conductas; para permanecer a contracorriente y mantenerse a destiempo, para conjurar por un instante “el temor a envejecer” mientras van cayendo poco a poco cada una de las prendas. Para reivindicar la LIBERTAD ERÓTICA a la que todas y todos tenemos derecho.

Pronto se cumplirán siete años de Burlesquimeras y su Academia de Burlesque, en el camino han quedado lentejuelas, historias, vestuarios, espacios, camerinos, y una que otra compañera. Pese a ello, el ímpetu por coquetear permanece intacto, así que no olvide aplaudir para que la ropa ceda ante “el embrujo de la noche”, para que lejos de asustarnos y dividirnos, el erotismo nos hermane. Acuda para que no le cuenten y tampoco le platiquen, ya que se cumple un Sexenio Burlesquero, y está arrancando otro; por esta razón es que sigue vigente lo que se leía hace cuatro años en la invitación al Segundo Aniversario de estas “Institutrices de Belleza Universal”:

Amo mi cuerpo, gozo de él, lo comparto contigo, ¿te gusta?, ¿quieres más? Dime que si, dímelo con un aplauso, haz que poco a poco me deshaga de la ropa, sigue aplaudiendo que esto es… VIVA BURLESQUE.


Sólo que esta vez, es en 2013… ¡Cáigale!






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