jueves, 28 de enero de 2016

Catorcenal 150: Ocho años




Se cumplen ocho años de hacer un periodismo de otro tipo. No mejor, ni peor… distinto. Elegimos la música para conjurar (por breves instantes) el paso el tiempo y así reiterar que somos más de dos y en la pista de baile imponemos el ritmo. Como vampiros, primeros en llegar, siempre últimos en irnos”.

Elegimos el periodismo crítico, para exorcizar demonios y soltar fantasmas, porque “despierta la calma… soltando fantasmas”.  Así nos lo enseñó Ali Gua Gua (una vez y para siempre): llega un momento de la vida en que resulta imposible detenerse… ni siquiera por amor. No obstante, “seguimos resistiendo porque el mundo tiene cura”.

Son ocho años de escribir una columna como quien lanza una botella con un mensaje al mar  que tal vez nadie leerá nunca… así “todos los días, todas las noches”. No vivimos de nuestro pasado porque sabemos que lo mejor está por venir si-em-pre. Las personas que nos leen son nuestro motor para impulsarnos, por esta razón, no seremos quienes se despidan de las y los lectores, ya que son demasiado importantes… para nosotros.


Tenemos un “corazón nómada” que en estos ocho años (150 entregas) ha aprendido a amar de otra manera; porque ya entendimos que tal vez no nos quieran, y aunque venga el desenfreno y luego otra vez la soledad. Ya no pretendemos ser veneno, tampoco un “dulce mal”. 

Los ocho años que han transcurrido desde que inició este proyecto en la redacción del Sistema Nacional de Noticiarios en el Instituto Mexicano de la Radio, nos han servido también para afianzar esa visión que nos hacía intuir a México como varios países en uno. Como una especie de turista en nuestra propia matria. ¿Por qué será, ¿a qué se debe? Al hecho de que, aunque nunca nadie nos advirtió sobre los riesgos que implicaría el oficio periodístico… eso es bola.  

Todavía pensamos como escribimos en “La Semanal” (como se le solía llamar a esta reflexión) en su edición número ocho: “un ocho acostado es una maravilla, dos algo que se juntan sin soltarse ni terminar de explotar, una especie de ying yang, que deja en manifiesto la dualidad de la humanidad, lo masculino y lo femenino como energías equilibradas al interior de quien redacta. La oscuridad y con ella la posibilidad de que la luz venga en otro momento del día, lo importante: nunca claudicar”.

A lo largo esta lectura encontró 15 canciones de 2015, mismas que le permitirán “darle el tiro de gracia” al año que se fue; aunque también son ocho años de comprender que cuando ya no quede nada, habrá música… ¡Siempre habrá música! Como prueba de ello, le dejamos el que para nosotros fue el  mejor EP del año: “Instrucciones para dejar ir” de la banda mexicana “De osos”. Y sí, este es el periodismo libre, el que anhelábamos construir aquella tarde-noche de enero desde una torre de radiodifusoras en el pueblo de Xoco, en nuestro todavía, Distrito Federal. Descentremos nuestra visión el mundo a través de la reflexión. Le invitamos a que cuando pueda lo haga y siga así… hasta que llegue el fin del mundo… ¡Saludos!

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