Por. Ser libre y volver a caminar…
A la amiga que desapareció en la sierra
de Guerrero.
Al cuñado que desapareció en Veracruz.
Al amigo de los amigos que desapareció
en Jalisco…
Así será, “hasta que la justicia se
siente entre nosotros…”
I
No, no se trata del “corredor diverso” por excelencia en el
Centro Histórico de la Ciudad de México. Tampoco es un almanaque de historia de
Cuba que uno pueda comprar en cualquier tienda. Es dejar la vereda y coger
camino hacia la isla más grande de Las Antillas Mayores.
Es también la cadena de televisión TeleSur y sus contenidos. Los otros medios de información controlados por el Estado. América Latina contemplada desde un lugar que no es Europa, ni los Estados
Unidos de América. Es la patria como una especie de religión laica. Lo mucho de
siglo XX que aún tiene ese pedacito de Tierra y que recuerda a cada instante
los múltiples pendientes que todavía tiene la Humanidad en su conjunto:
justicia, vida digna, derechos humanos…
Sí, ahora se dice que hay mucha “voluntad política” para que
exista un acercamiento real, pero el bloqueo y sus remanentes permanecen… también
los costos sociales que implicó el aislamiento por poco más de 50 años. Ellas,
las personas que nacieron y viven en Cuba, ven un México sumido en la inseguridad.
Temen al secuestro y las extorsiones hacia la población migrante que solía
utilizar a nuestro país como una especie de trampolín en su camino hacia
Estados Unidos. “Los cubanos nos reímos de nuestros problemas, pero no somos felices”,
afirmó un cubano-negro, alto, de mirada penetrante, que trabaja como cantinero
un día sí y un día no, en el bar “Cinco Villas” de La Habana Vieja. Surgió
entonces la posibilidad de conocer su casa, a su familia, compartir su comida,
fumar habanos, beber ron, escuchar música cubana por la radio, recibir innumerables
visitas –la mayoría de ellas en la banqueta- y descubrir la dimensión del
tiempo que ahí se experimenta.
II
La fotografía que aparece a continuación fue tomada hace poco
más de un mes. El lunes 28 de septiembre en la Habana, Cubana. Despuesito del medio
día. Había que hacer tiempo para ingresar al Hotel Vedado en el municipio del
mismo nombre de esa ciudad-tropical. Al
caminar por el malecón encontramos la embajada, antes clausurada, de los
Estados Unidos de América. Unos metros más adelante, estaba un grupo de cubanos
que abandonaba “la isla” en la precaria embarcación que se alcanza a apreciar en
la imagen. Apenas hubo tiempo de saludarlos, intercambiar algunas frases sobre
por qué partir y para qué quedarse. Los seguimos con la mirada, hasta que se
perdieron en el enigmático horizonte.
III
Y estando ahí, parado, mirando la lluvia desde el Complejo
Cultural Heredia en la ciudad de Santiago de Cuba, se puso a pensar en todo lo
que implicó su tesis de maestría. En las personas que perdió, las amistades que
ganó y los kilómetros que recorrió para exponer y compartir sus ideas.
En esos cinco años de aprendizaje constante, y en cómo
sublimó el dolor experimentado a los 17 años con una investigación de
excelencia ahora que ha llegado a los 30. Próximamente más información… #Noviembre2015