Por. Tan
grande el amor, tan corto el olvido
A “las amistades” que
apuestan por “la sana distancia”,
ya que no te enamoraste
de ellas…
Los meses recientes (mayo a
septiembre) han significado una suma de cambios bruscos que sólo pueden
resumirse en una palabra: cisma. Tal y como lo vaticinaban en la puesta en
escena, “El amor de las luciérnagas”: No espero
nada. Probablemente tampoco será él. Probablemente en un punto habrá que
soltar. Sé que todo esto dolerá. Sé que quizá todo vuelva a estar jodido. Y qué
más da. Vendrán los días buenos. Como las luciérnagas. Intermitentemente. Y eso
bastará. Eso bastará.
La espera por esos “días
buenos” se resume en la frase: El camino
del cambio es largo y doloroso, pero vale la pena intentarlo. De modo que
redefinir es, antes que otra cosa, sobrevivir a los cismas. Más que una
columna, éste ha sido y sigue siendo un manifiesto para dejar en claro que
nunca, nada… vuelve a ser igual. Desde hace poco más de siete años y en lo
adelante, sólo se ha tratado de sumar: Construir comunidad. No defenestrar. No
denostar. No trivializar lo que sucede a nuestro alrededor. Esto impedirá que
nos sobrepase el horror cotidiano que experimentamos.
Como alguna vez le
escuchamos decir al caricaturista Eduardo del Río, “Rius”: Tratemos de que nuestra profesión sea de utilidad para la gente, que no
únicamente la hagamos reír, sino que también los hagamos pensar un poquito. Animemos
a las personas a pensar por ellas mismas, que no estén esperando los mandatos
del Vaticano o de Televisa, sino que aprendan ellos mismos a decidir por sí
mismos.
Sabemos, porque
constantemente lo recordamos, que existen tres cosas que no vuelven atrás: la
flecha lanzada, la palabra emitida y la oportunidad perdida. Si lo hecho hasta
ahora en #14Nal fuera
una flecha, no habría que desperdiciar la oportunidad para el intercambio
recíproco, ni arrepentirse de lo expresado aquí hasta este momento.
Si efectivamente, como nos
confió Fátima Fernández Christlieb, "redefinir es volver a plantear el proyecto
original, con miras a que los cambios del entorno y los cambios internos sean
considerados y con ello la columna en este caso, esté a la altura de lo que vive
la comunidad que la recibe". Saludamos el oficio, reiteramos nuestra solidaridad
con las y los colegas agredidos, periodistas desplazados por su condición de
informadores críticos y ante agresiones que se agravan cuando se trata de colegas
mujeres.
Reiteramos también nuestro lealtad por “el amor que no se atrevió a decir
su nombre”, sin que esto signifique interpelarlo con rencor. Todo lo contrario…
Como ya leyó antes y lágrimas de por medio, de lo que se trata ahora es de
sumar. Por ello llamamos a reconocer en los límites de la vida emocional a los patrones
nocivos del “amor romántico” y transformarlos, para avanzar en la consolidación
de una forma distinta, otra, de convivir con nuestro “oscuro objeto del deseo”,
mismo que solemos simplificar con la palabra “amor”. Ignorando la complejidad y
los vínculos humanos que todo esto implica.
Hace siete años asumimos un oficio que al día de hoy representa múltiples
riesgos. No obstante, ahora más que nunca consideramos apremiante contribuir a
derribar el muro oficialista y el centralismo informativo que prevalece con
respecto a la situación inter-nacional, porque somos más que la suma de
nuestras circunstancias… un clico se
cierra y otros comienzan. Después de un cisma que llevó a despedirnos de
personas fundamentales para este proyecto, retomamos este espacio para redefinir-lo.
Entiéndase a esto como un volver a comenzar, pero no a partir de cero, sino
después de todo lo que implica un paso trascendental, como un punto de empuje
reciente. Todo puede volver a comenzar a partir del momento en que se le redefine, no sólo para nosotros, también y sobre todo, para ustedes que nos
leen. Como alguna vez dijo Juan Carlos Bodoque, el personaje de la serie “31
minutos”: “De ahora en adelante, no
volveremos a estar solos, el Sol será nuestro fiel compañero”. Saludamos la
vida, nuestras vidas. Recordamos a las personas desaparecidas y reiteramos lo
que canta Jorge Drexler: “y que sea, lo que sea…”
¡Vénganos la segunda época de #14Nal!